Hola,yo soy Noelia de la clase 3ºA y os voy a presentar uno de los trabajos que he hecho, es un cuento fantástico pero espero que os guste mucho.
No sé donde estoy. Ante mi no hay nada más que un pasillo largo y estrecho. Hace calor y no corre el aire. Me llamo Ekaterina Swan soy bailarina profesional, un poco tímida, muy sonriente y cuando cojo confianza un poco alocada. Mis ojos son verde esmeralda y me suelen decir que tengo buena apariencia. Ahora que ya me he presentado… ¿Alguien me puede explicar qué es este lugar? ¡Si hace apenas cinco minutos estaba en el salón de mi casa practicando los ejercicios para mi academia de baile! Este sitio es muy extraño, el camino de tierra rodeado por bajos y frondosos árboles que no dejan ver más de metro y medio a cada lado, parece ser infinito, es muy agobiante y no hay mucho espacio. Tengo que admitir que estoy un poco asustada, no se oye nada, ni siquiera el canto de los pájaros, no sé muy bien qué hacer ¿investigo a ver que me puedo encontrar en este camino? ¿O grito hasta que alguien me oiga y venga a sacarme de aquí?
De repente se empiezan a oír ruidos muy extraños, gente gritando monstruos rugiendo y también disparos, como si estuviera en otra dimensión y vinieran hacia aquí. Ahora sí, salgo corriendo a la máxima velocidad que pueden dar mis piernas, esto me está pareciendo demasiado raro como si no estuviera en el mundo real. Cada vez oigo el bullicio más cerca de mí, pero no me doy y no paro de correr. Pasado un tiempo todos esos ruidos extraños cesan, yo respiro aliviada y me paro a descansar para recuperar el aliento, estoy muy confusa, ya no sé si estoy viviendo una pesadilla o una realidad, pero decido seguir caminando. Eso sí, antes de seguir, me santiguaré tres veces como lo hago antes de salir al escenario. Continúo, pero no lo hago caminando, lo hago bailando para dejar de pensar en todo lo malo que puede ocurrir en este sitio tan extraño, poco a poco voy avanzando y me paro para observar si algo ha cambiado, nada, todo sigue igual, silencio absoluto, árboles que tapan completamente la vista y este maldito camino que sigue pareciendo igual de largo que antes.
Mira hacia arriba un momento para respirar profundo, veo las hojas de los árboles moverse y de allí veo salir un hada ¡un hada! ¿Acaso es esto bosque fantástico de esos donde viven los seres mitológicos? Tiene pinta de mujer pero de ser más pequeña que yo, de uno 16 años más o menos, baja volando con ayuda de sus bonitas alas y se posa a mi lado:
-¡Hola! Soy Belly te he estado observando desde hace un rato y he visto que estas un poco perdida, estás en «El país de las hadas» aquí vivimos todas las hadas del mundo por muy increíble que te puede parecer- me dice bastante alegre.
La verdad que a mí no me inspira mucha confianza esa sonrisa sarcástica suya, pero me decido a hablar con ella tal vez me pueda ayudar a salir de aquí.
-Hola, yo soy Ekaterina Swan, bailarina profesional, y la verdad que estás en lo cierto, estoy un poco perdida y no sé cómo he llegado hasta aquí, ¿tú podrías ayudarme a encontrar la salida?
-¡Claro que sí! Por aquí pasan y se pierden muchos chicos y chicas como tú, pero no quieren que les ayudemos a encontrar la salida por lo que casi nunca salen vivos. Este no es un lugar peligroso pero si no lo conoces puede llegar a ser como un laberinto.- me contesta, esta vez sin sonrisa sarcástica.
-¡Genial! ¿Podemos ponernos manos a la obra? Necesito llegar a mi casa antes de las ocho.- le digo con tono impaciente.
-No te preocupes mientras tú estás aquí, en tu mundo el tiempo se ha parado, como si esto no estuviera pasando. Cuando llegues a tu casa será la misma hora que cuando has desaparecido. Pero ahora que lo dices … yo tampoco sé cómo sacar a un humano de aquí, nunca he ayudado a ninguno y yo siempre que salgo lo hago volando por encima de los árboles.
«Esto va a ser más difícil de lo que yo creía» pienso sin contestarle, sigo pensando que por muy amable que parezca y muy dispuesta que esté a ayudar a los demás, es un mal bicho, tacaña, rencorosa y gruñona. Pero creo que me va a poder ayudar, ella conoce esto mejor que yo y dos siempre sin mejor que uno, así que asiento y le sonrío, no hacen falta las palabras para que me entienda.
-Bien, pues caminaremos un poco a ver si encontramos algo, sino recurriremos al hada mayor, la jefa de todas nosotras.- me dice antes de empezar nuestra misión.
Empezamos a caminar, vamos despacio y fijándonos en todos en todos los detalles, cualquier cosa puede servir para lograr llegar a mi destino. Pasado un rato encontramos una piedra en el suelo y debajo de ella asomaba un sobre cerrado. Belly lo coge del suelo y lo lee, dentro solamente aparece «67589-2017» tanto el hada como yo no teníamos ni idea de lo que era, podía ser una fecha, un número de teléfono o incluso un código que abra alguna puerta. Me estoy empezando a desquiciar, mi compañera no para de quejarse, estaba en lo cierto, es totalmente como aparentada la primera vez que la vi, tacaña, rencorosa y gruñona. No voy a hablar con ella hasta que sea necesario, es insoportable aunque en el fondo tenga buen corazón. Nos encontramos otro sobre, es como si alguien nos estuviera viendo y nos vaya dejando pistas, en este pone: “lo más insignificante puede llegar a salvarte la vida”, y al lado una puerta dibujada. A pesar de ser mayor que Belly no consigo descifrar el mensaje, en cambio ella sí.
-¡Ya lo tengo!- exclamó, y yo respire aliviada –Hace tiempo el hada mayor nos dijo que en un lugar del bosque había una salida por la que cualquiera podía llegar al mundo real, al de los humanos, sin necesidad de salir por encima de los árboles y quizá la combinación de números del primer sobre sea el código para abrirla- dice muy decidida
– Menos mal ya pensé que no iba a conseguir salir de aquí nunca, no es que no me guste este lugar pero ya echo de menos a mi familia y dentro de poco será el campeonato nacional donde participará mi academia de baile- digo para intentar parecer un poco más tranquila, aunque por dentro este dando saltos de alegría.
-Si estoy en lo cierto no queda mucho para llegar, tan solo un kilómetro.
-Pues a que estamos esperando ¡vamos! iremos en busca de la puerta y conseguiremos que yo vuelva a mi casa- le contesto ilusionada
Recorremos ese kilómetro (casi corriendo) y entre los árboles encontramos la puerta, era de madera y tenía esa ruedecilla similar a la de las cajas fuertes, allí metimos el código “67589-2017” y la puerta se abrió mágicamente. Del otro lado salía mucha luz y no se podía ver lo que había de detrás.
-Muchas gracias por todo Belly, está claro que sin ti no hubiera llegado hasta aquí, ha sido un placer conocerte- me despido de ella antes de irme.
-Gracias a ti muchacha por haberme hecho compañía durante este tiempo, vuelve cuando quieras – me dice casi llorando
Yo le sonreí pero estaba claro que nunca más volvería a ese lugar. Crucé el portal y como Belly creía aparecí en el salón de mi casa practicando los ejercicios de ballet a la misma hora de antes, no entenderé como había llegado hasta allí y tampoco se lo contaría a nadie, ese sería mi gran secreto.